EL IMPETU DE LO NUEVO

  

Desde hace poco más de 5 años sigo este deporte, y lo he hecho algo muy mío, entre otras razones por tener un hijo jugador, y porque conforme me he ido introduciendo cada vez me ha gustado más, sobre todo porque he ido viendo la misma generación que año tras año  va aumentando de categoría, y ves que entre ellos aparte de un partido por jugar y su interés por superarse y ganar, existe por encima de todo un sentimiento de gran amistad hacia sus compañeros, ya sean o no del mismo club.

Luego estamos los padres que nos vemos casi con la misma asiduidad que los hijos, ya se sabe, algunos trabajan hasta los domingos, y nos damos ese apretón de manos con la certeza de que aunque no nos veamos a menudo somos buenos conocidos o amigos.

 Por supuesto que cuando entramos en este circulo, creo nos pasa a casi todos los padres y madres, que de alguna manera nos creemos entrenadores, y algunos en comentaristas de lo que a nuestro parecer ha ocurrido en un partido, con mayor o menor razón, pero es nuestra opinión y es tan respetable como cualquier otra.

Pero una cosa es cierta, ese ímpetu que ponemos desinteresadamente, es el que hace que este deporte sea mantenido por los padres y madres, junto con aquellos otros que aún sin ser entrenadores o tener un hijo jugador, aportan sus conocimientos y su trabajo desinteresado como directivos.

¿Qué cómo lo mantenemos? Primero con las cuotas que pagamos para que nuestros hijos jueguen, luego ayudando al club como delegados o asistentes del entrenador, otros llevando las estadísticas que el entrenador quiere ver al final de cada partido. Otra manera de mantener este deporte es con la venta de lotería, y por supuesto poniendo nuestros coches para esos desplazamientos que nos tocan por toda la región y que además lo hacemos con sumo gusto pues lo hacemos por nuestros hij@s, y con todo esto de alguna manera se mantiene una Federación junto con los aportes que hace la federación española, y es probable que se paguen algunos sueldos también, ya sean pírricos o no.

Tampoco deja de ser cierto que algunos o muchos abandonen el barco cuando se cumpla la etapa de nuestros hij@s, pero los que se queden lo harán con la misma intensidad, porque se te ha metido en la sangre como un veneno que no te abandona, y con el interés de seguir las nuevas generaciones que poco a poco vas conociendo, y que te dan el suficiente estimulo para seguir en la brecha.

Y por todo lo dicho anteriormente no creo  se nos deba dar ningún premio o diploma, pues sin querer ser unos sabelotodo lo que hacemos por nuestros hij@s lo hacemos con cariño, y va en beneficio en definitiva del baloncesto.

Pero si me gustaría decir que hay personas en este mundo que por tener una acreditación de entrenador o cargo federativo se creen los mas sabios, y que como dice un buen amigo, son los del “yo, mi, me, conmigo” que además se creen el ombligo del mundo, y que estando a semejante altura o estás con ellos o en contra.

Para finalizar solamente decir que los padres y madres que nos ponemos a ayudar a nuestro club, o incluso a verter nuestras opiniones sobre lo que ocurre en este mundillo tan pequeño del basket, lo hacemos porque hacemos uso de nuestra libertad y dentro del máximo respeto, porque nos da la gana, le pese a quien le pese. Las opiniones diversas deberían servir para mejorar, deberían ser tomadas como estímulos para reforzar lo ya trabajado, no solo para rascarse y contraatacar.